¿Qué edad tiene tu piel? Aprende sobre el envejecimiento de la piel
¿Buscas la mejor rutina de cuidado facial? El primer paso: conocer la edad de tu piel. La presencia de signos de envejecimiento, como un tono cutáneo apagado, la presencia de manchas o líneas de expresión y su grado de flexibilidad o firmeza nos ayudarán a determinar su edad. ¡Te mostramos cómo!
Antes de entrar en materia, es importante aclarar que la edad de tu piel dependerá de los cuidados que le hayas dedicado a lo largo de la vida. Si has mimado tu rostro con rutinas y hábitos saludables, tu piel lucirá más joven de lo que consta en tu DNI. Y, al contrario: si no sigues una vida saludable y no dedicas a tu piel los cuidados que necesita, la estás condenando a sufrir un aspecto más envejecido de lo que marcaría su edad biológica.
¿Quién es Richard G. Glogau?
El reconocido mundialmente como experto en el tratamiento del envejecimiento facial, Richard G. Glogau creó, en 1994, “La escala de arrugas de Glogau», una herramienta de evaluación que emplean miles de profesionales médicos en todo el mundo para diseñar la mejor rutina antiedad para cada piel. El famoso dermatólogo tiene en cuenta tanto los efectos del envejecimiento natural como las consecuencias del fotoenvejecimiento, provocado por la exposición de la piel a la radiación solar.
Además, la escala de Goglau es referencial y visual: mediante la observación, se analiza el nivel y el estado de los diferentes signos de envejecimiento de la piel (manchas, arrugas, tonalidad, firmeza, cicatrices…) y, con estos datos, se lleva a cabo la clasificación.
Casi treinta años después de su creación, la escala de Goglau continúa siendo una herramienta indispensable para guiar a los profesionales de la piel de todo el mundo en el momento de diseñar el mejor tratamiento de cuidado antiaging.
Escala y etapas del envejecimiento facial
La escala de Glogau establece cuatro estadio o tipos, según los efectos degenerativos de la piel:
Tipo I: Leve (28-35 años)
- Alteraciones. Incremento de los procesos oxidativos y la acción de los radicales libres, mayor pérdida de agua transepidérmica, y disminución de aminoácidos y proteínas.
- Consecuencias. Aparición de arrugas finas y primeras líneas de expresión, y aumento de la opacidad de la piel.
- Aportar hidratación a la piel, revitalizarla y prevenir la aparición de nuevas arrugas.
Tipo II: Moderado (35-50 años)
- Debilitación del tejido de soporte de la piel, deterioro de las capas exteriores de la epidermis y ralentización de la renovación celular.
- Consolidación de las líneas de expresión, aparición de arrugas finas y textura y tono irregular de la piel.
- Revitalizar la piel, fortalecer la estructura del tejido conjuntivo y estimular la producción de colágeno y elastina.
Tipo III: Avanzado (50 – 60 años)
- Alteraciones. Disminución de la capacidad de síntesis de los fibroblastos, y de la cantidad y calidad de los elementos del entramado de soporte de la dermis.
- Consecuencias. Aumento de la profundidad de las arrugas, pérdida de firmeza y aparición de rojeces y coloración irregular del rostro,
- Rellenar las arrugas, y redensificar y tensar la piel para preservar la estructura del óvalo facial.
Tipo IV: Severo (a partir de los 65 años)
- Alteraciones. Desintegración de las uniones intercelulares de las capas exteriores de la piel, disminución y pérdida de función metabólica de las glándulas sebáceas y sudoríparas.
- Consecuencias. Pérdida de óvalo, aparición de arrugas muy profundas, aumento de la flacidez y de la fragilidad de la piel.
- Tratamiento. Reactivar la regeneración y renovación celular, fortalecer la resistencia cutánea frente a las agresiones externas, y recuperar la elasticidad y firmeza.
Una vez ya conocemos la edad biológica de nuestra piel, el siguiente paso pasaría por acudir a nuestra profesional de la estética de confianza, quien determinará los cosméticos y tratamientos más adecuados para hacer frente a las necesidades cutáneas de cada tipo de piel y hacer frente al envejecimiento cutáneo de forma eficaz.